sábado, 28 de abril de 2012

Nietos de ricos



La generación que construyó España



 “¿Quiénes son los pobres? Los nietos de los ricos”. Aforismo castellano

 Cuando analizas lo que ocurre en una empresa o una sociedad, debes buscar las causas que provocan su situación, porque sólo trabajando sobre las causas, puedes cambiar los efectos. Y no tengo ninguna duda de que una de las principales causas de la prosperidad que vivimos en los años pasados fue la actitud de la generación de nuestros padres, y una de las principales causas de la crisis, es haber perdido esa actitud.

 Recuerdo que hace años, un empresario brillante que viajó a China para hacer negocios, me comentaba: “China va a ser imparable. Cuando llegas allí el ambiente te recuerda la España de los años 70. Todo el mundo quiere trabajar mucho, ahorrar, comprarse su casa, su coche, que sus hijos vayan a la universidad… Cuando una generación está así centrada,
 no hay quien la pare” Este pensamiento me hizo reflexionar entonces y me ha vuelto a la memoria al contemplar a las tres generaciones que convivimos.

 Mis padres tienen en torno a 70 años, y siempre han sido un ejemplo de trabajo, honradez, austeridad, previsión y generosidad. Pertenecen a una generación que, como dice mi padre, les tocó el peor cambio: de jóvenes trabajaron para sus padres y de casados para sus hijos.

 Son gente que veían el trabajo como una oportunidad de progresar, como algo que les abría a un futuro mejor, y se entregaron a ello en condiciones muy difíciles. Son una generación que compraba las cosas cuando podía y del nivel que se podía permitir, que no pedía prestado más que por estricta necesidad, que pagaban sus facturas con celo, y ahorraban un poco “por si pasaba algo”, que gastaban en ropa y lujos lo que la prudencia les dictaba y se bañaban en ríos cercanos, disfrutando de tortillas de patata y embutidos, en domingos veraniegos de familia y amigos.

 Y tan sensatos, prudentes y trabajadores fueron, que constituyeron casi todas las empresas que hoy conocemos, y que dan trabajo a la mayoría de los españoles.

 Sabían que el esfuerzo tenía recompensa y la honradez formaba parte del patrimonio de cada familia. Se podía ser pobre, pero nunca dejar de ser honrado.

 La democracia significaba libertad y posibilidades y seguir viviendo en armonía y respeto.

 Y cometieron los dos peores errores imputables a esa generación:

 1)      “Que mis hijos no trabajen tanto como trabajé yo”. Nos
 cargamos la cultura del esfuerzo y del mérito de un plumazo,
 convirtiendo el trabajo en algo a evitar.

 2)      “Como tenemos unos ahorrillos, hijo, tu gasta, que para eso están tus padres”. Con lo que mi generación empezó a pensar que el dinero nacía en las cuentas corrientes de sus padres, que daban la impresión de ser inagotables y que los bancos eran unas fuentes inagotables de hipotecas, rehipotecas y contrarehipotecas.

 Y entonces, eclosionó nuestra generación (yo soy del 67).

La generación de los nuevos ricos, la generación de “los pelotazos”, del gasto continuo, de la especulación, de la ingeniería financiera, de la exhibición del derroche, la de lo quiero todo y lo quiero ya, la de “papá dame”.

 Y todos nos volvimos ricos (en apariencia), todos nos convertimos en gastro-horteras. ¿Conocéis a alguien que se atreva a comer un bocata de chorizo? Le corren a gorrazos por paleto. Ahora hay que comer hamburguesas deconstruidas al aroma de los almendros al atardecer. ¿Y qué decir del vino? Pasamos del Don Simón con Casera, al Vega Sicilia sin fase de descompresión. El vino ya no está “bueno”, ahora tiene matices a fruta del bosque, con un retrogusto alcohólico, que adolece de un cierto punto astringente, con demasiada presencia de roble.
 Esto, por supuesto, a golpe de docenas de euro, que para ser un “enterao” hay que pasar por taquilla. ¡Y es que pocas cosas cuestan tanto, como ocultar la ignorancia!

 Somos la generación de “endeudarse para demostrar que eres rico”.
 Increíble pero cierto.

 -          ¿Sólo debes 500.000 €? Es que eres un cutre. Mira, nosotros debemos ya 2.000.000 y nos están estudiando una operación por otros 2 más.

 -          Vosotros sí que sabéis sacar provecho al sistema… Ojalá yo algún día pueda deber esas cantidades. ¡Cuánto envidio tus préstamos!

 En Alemania no daban abasto a fabricar Mercedes, Audis, BMW para los españoles.

Irrumpió Europa en nuestras vidas y llegó en forma de mega infraestructuras que producían mega comisiones para todos los involucrados. ¡Viva el cazo! ¡Viva el yerno del Rey! ¡Que se besen los padrinos! Además llovían las subvenciones, nos daban una fortuna por plantar viñas y luego a los dos años otra fortuna por arrancarlas. Que llegaba un momento que no sabías si tenías que plantar o arrancar. A propósito, ¿Qué toca este año?

 Si algún “tarao” dice que hay que parar esto, se le lapida y  “que no pare la fiesta”. Por supuesto que todos estamos de acuerdo que esto es imposible que se sostenga, pero hay que empezar a recortar por el vecino, que lo mío son todo derechos esculpidos en piedra en la sacrosanta constitución.

 De la siguiente generación mejor no hablar (lo dejaré para otro post).
 Esa es la generación que dice el aforismo que será pobre, por ser nieta de ricos.

 Si somos incapaces de volver a los valores con los que se construye una sociedad sostenible, nos hundiremos, eso sí, cargados de reivindicaciones.

 En mi casa siempre he tenido un ejemplo vivo de cordura, honradez y esfuerzo. Y no han sido menos felices que nosotros. Los psiquiatras, de hecho, dicen que al revés, que han sido bastante más. Debe ser que la sencilla tortilla, el melón fresquito, comprar el sofá cuando se podía, poner las cortinas cosidas por nuestra madre, con ayuda de la abuela, trabajar y echarle huevos para emprender (aunque no lo llamaban así) no debía ser mala receta.

 Desde aquí quiero dar las gracias a mis padres y a toda esa generación que nos regalaron un país cojonudo, que nos hemos encargado de arruinar (entre todos, que todos hemos aplaudido la locura), y que sólo con que nos descuidemos un poquito más, le vamos a dejar a nuestros hijos un protectorado chino, donde serán unos esclavos endeudados y tendrán unas historias legendarias sobre la prosperidad que crearon sus abuelos, empeñaron sus padres y son incapaces de imaginar los nietos.

 Estamos a tiempo de cambiarlo, pero cada vez tenemos menos. Podemos encontrar maestros en casa.


Autor: desconocido

sábado, 14 de abril de 2012

Más vida social


Un hombre decide ir al psiquiatra para intentar solucionar su problema:





      - Desde que era pequeño siempre tenía miedo de irme a la cama porque creía que había alguien debajo,
        ¿me estaré volviendo loco?

Responde el psiquiatra:
-       No se preocupe, en 12 meses le curo de su problema. Venga a verme 3 veces por semana y asunto resuelto.
-       ¿y cuanto me va a cobrar, doctor?
-       Ochenta euros la visita, pero eso es lo de menos, si le curo.

 Seis meses después, el paciente se encuentra con el psiquiatra en el cine:
-       ¿Qué le pasó?.... dejó de venir a mi consulta después de la tercera cita.
-       Bueno doctor, es que ochenta euros 3 veces por semana durante un año me parecía bastante caro y le conté mi problema al camarero del bar y me lo solucionó, sólo por los 7 euros del aperitivo.
-       ¡no me diga!....¿y se puede saber cómo le curó un camarero, que sólo entiende de servir copas?
-       Me dijo que cortara las patas de la cama y duermo estupendamente…. ¡ahora ya no puede haber nadie debajo! ….

  ¡¡MORALEJA!!

  Olvidaros del psiquiatra y salir a tomar copas con más frecuencia.
  Hay camareros muy majos

sábado, 7 de abril de 2012

LAS GAFAS DE MI NOVIA



Un amigo mío se fue a Madrid en viaje de trabajo, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas para la vista y, encontrando la ocasión de comprarle unas muy bonitas y baratas, entró en una óptica.




Después de ver unas cuantas, se decidió por unas y se las compró... 

La dependienta se las envolvió y pagó la cuenta pero, al marcharse, en lugar de coger el paquete con las gafas, cogió otro muy parecido que había al lado. 
El paquete contenía unas bragas que una clienta de la óptica acababa de comprarse en una corsetería.

Mi amigo, que no se dio cuenta de la equivocación, se fue directamente a correos y le envió el paquete a su novia, junto con una carta. 

La novia al recibirlo se quedó extrañadísima con el contenido así que abrió la carta y leyó:

'Querida Marta:

 Espero que te guste el regalo que te envío, sobre todo por la falta que te hacen, ya que llevas mucho tiempo llevando las mismas y éstas son cosas que se deben cambiar de vez en cuando.

Espero haber acertado con el modelo. 

La dependienta me dijo que era la última moda, de hecho me enseñó las suyas y eran iguales.
Yo, para comprobar si eran ligeras, las cogí y me las probé allí mismo. 
No sabes como se rió la dependienta, porque esos modelos femeninos en los hombres quedan muy graciosos y más a mí, que sabes que tengo unos rasgos muy prominentes. 

Una chica que había allí me ayudó también a decidir. Me las pidió, se quitó las suyas y se las puso para que yo pudiera ver el efecto. A esta chica le lucían menos que a la dependienta, porque el pelo se las tapaba un poco por los lados, pero aún así, me pareció que le favorecían muchísimo.

Finalmente me decidí y te las compré. 

Póntelas y se las enseñas a tus padres, hermanos y, en fin, a todo el mundo, a ver qué dicen.
Al principio te sentirás rara... acostumbrada a ir con las viejas, y últimamente a no llevar ningunas... pero sobre todo, mira que no te estén pequeñas, si no te van a dejar señal cuando te las quites.

Ah, y ten cuidado también de que no te estén grandes, no sea que se te caigan cuando vayas andando.

Para que te sean útiles y resulten más bonitas, me han aconsejado que las limpies muy a menudo.

Igualmente me recomendaron que tengas cuidado con los roces porque se acaban estropeando.

Llévalas con cuidado y, sobre todo, no vayas a dejártelas por ahí y las pierdas, que tú tienes la costumbre de quitártelas en cualquier sitio. 

En fin, para que te voy a decir más... Estoy deseando vértelas puestas.. Creo que este es el mejor regalo que podía hacerte. 

Un beso...

Manuel.