martes, 31 de mayo de 2011

Evaluación por objetivos.

Había una vez, en un pueblo, dos hombres que se llamaban Joaquín González.

Uno  era  sacerdote  y  el  otro era taxista.

Quiere el destino que los dos mueran el mismo día. 





Llegan al cielo,
donde les espera Dios:






  




-¿Tu nombre? – le pregunta al primero.

-Joaquín González.

-¿El sacerdote?.

- No, no, el taxista.

-

Dios consulta su planilla y dice:

 

-Bueno, te has ganado el Paraíso.

Te corresponden esta túnica con hilos de oro y esta vara de platino con incrustaciones de rubíes.

                     Puedes pasar....



-Gracias, gracias .... dice el taxista.
Pasan dos o tres personas más, hasta que le toca el turno al otro Joaquín González.

 -¿Tu nombre?

-Joaquín González.

-¿El sacerdote?.

-Sí.

-Muy  bien, hijo mío. Te has ganado el Paraíso.

 Te corresponden esta bata de lino y esta vara de roble con  

 incrustaciones de granito.

El sacerdote dice: -  Perdón.  No  es  por  desmerecer,  pero...  debe haber un error. ¡Yo soy Joaquín González, el sacerdote!.

-Sí,  hijo  mío,  te  has  ganado  el Paraíso.

 Te corresponden la bata de lino...
 

-¡No, no puede ser!.



Yo conozco al otro Joaquín González, era un taxista, vivía  en mi pueblo, ¡era un desastre como taxista!. 



Se subía a las aceras, chocaba todos los días, una vez se estrelló contra una casa, conducía muy mal,  tiraba  las  farolas, se lo llevaba todo por delante... 

-Y yo me pasé setenta y cinco años de mi vida predicando todos los domingos en la parroquia.  

¿Cómo puede ser que a él le den la tunica con hilos de oro y la vara de platino y a mí esto?.

                                                           
¡Debe haber un error!.

-No,  hijo mío, no es ningún error -dice Dios-.

-

Lo que ocurre es que aquí, en el cielo, nos hemos acostumbrado a hacer evaluaciones como las que hacéis vosotros en la vida terrenal.

-¿Cómo?..... No entiendo.

-Sí,  ....  ahora  trabajamos por objetivos y resultados...

 Mira, te voy a explicar  tu  caso  y lo entenderás enseguida:





Durante los últimos 25 años,
cada  vez  que  tú  predicabas, 
la  gente  se dormía


             pero cada vez que el conducía, la gente rezaba.

                                        Y................
    ¡LOS OBJETIVOS SON LOS OBJETIVOS!

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